Sanar el niño que llevamos dentro.
Seguramente no sabíamos que dentro de nosotros habita un niño o una niña. Sin importar la edad que tengamos en este momento, nuestro estado psicológico determina emociones que son predominantes en nuestro espíritu.
Formas de reaccionar, importantes rasgos de tu personalidad y muchas experiencias que estamos atrayendo a nuestra vida de adulto. Todas estas experiencias, las atraemos en nuestro día a día con nuestras actuaciones frente a diferentes situaciones adversas o que tenemos que sortear en nuestras vidas.Todo esto influye en el niño que llevamos dentro.
Desde el momento en que estamos en el vientre de nuestra madre, ya estamos estableciendo una profunda conexión con ella, ya que nuestro cerebro almacena todas las impresiones emocionales.
A que se debe nuestro primer shock emocional.
Nuestro primer shock emocional sucede en el momento que experimentamos el parto, ya que salimos a un mundo que no conocemos y que además no sabemos qué va a pasar o como debemos actuar. Todo esto es muy diferente a esa sensación de bienestar y protección mientras estábamos en el vientre de nuestra madre.
Hasta la edad de los seis años es cuando se produce nuestro grado de escolaridad y por lo tal el desarrollo de nuestro hemisferio izquierdo de nuestro cerebro, el cual se encarga de darnos a conocer gran parte del mundo en que vivimos y en el cual nos desarrollamos. Este se encarga del pensamiento racional, ya que hemos estado haciendo uso de manera intuitiva de nuestros estados emocionales de nuestros familiares y personas como lo pueden ser padres, madres, hermanos y demás personas cercanas, las cuales de alguna forma tienen cierto vínculo en nuestras vidas. Es por eso que esta etapa es tan importante y le debemos prestar especial atención, ya que de lo contrario quedaremos emocionalmente convulsionados. Por tal motivo hay influencia en el niño que llevamos dentro.
El proceso de maduración de nuestro cerebro.
Durante la primera parte de nuestra vida, nuestro cerebro se encuentra en proceso de maduración de forma veloz, en esta etapa aprendemos cosas fundamentales de nuestra vida como lo son: hablar y caminar, además de distintos hábitos, como la definición del yo personal y lo que nos gusta y lo que no nos gusta, nuestra presencia ya produce cierto efecto en nuestra familia, empezamos a relacionarnos con gente de diferentes edades, pero da la casualidad de que somos muy vulnerables frente a toda experiencia marcadora y negativa, lo cual puede repercutir en el futuro con traumas, fobias, o todo tipo de lesiones cerebrales que se pueden presentar durante se periodo de nuestras vidas. Ya que toda situación que afecte de manera dura a un niño de esa edad, el cual no está capacitado de entender o comprender, puede provocar un impacto emocional interno llamado trauma. Por tal motivo, debemos ser muy espirituales y guiar a nuestros hijos por el mejor camino que es el de Dios, el cual se encargara de guiarnos hacia la mejor guía que podamos encontrar. Todo esto por el niño que llevamos dentro.
Las experiencias vividas que generan el trauma generalmente no son recordadas por nuestro consiente sino por nuestro subconsciente, por tal motivo en nuestro futuro no sabemos cómo actuar ante estas circunstancias y debemos acudir al tarot en la edad adulta para superar dichos miedos o traumas.
0 comentarios