Una vez creado el círculo, donde se rodea está libre de
energías nocivas y es un espacio sagrado temporalmente. Para recordar los
límites de este espacio y no romper el círculo accidentalmente, puede ser útil
para establecer algunos puntos de referencia, por ejemplo, mediante el depósito
de cuatro u ocho velas alrededor, dispuesto vis-à-vis los puntos cardinales.

El centro del espacio sagrado es normalmente el lugar para
poner el altar y la mayoría de los equipos. Si hay un solo asistente, se
desplace hasta el punto que se está enfrentando el punto del elemento que mejor
se ajuste al objetivo de su destino cardenal. Si hay varios asistentes, que se
colocan en círculo; grupos de cuatro brujas a menudo tratan de instalarse de
forma que cada punto cardinal es el médico más dotados con el elemento
correspondiente.

El wiccan altar no es necesariamente una mesa; se trata
simplemente de la superficie de trabajo central que se deposita la mayor parte
de las herramientas rituales. Al igual que muchas brujas practicar sus hechizos
como sentarse en el suelo rodeado de un círculo de velas, una mesa de café se utiliza
a menudo, pero el suelo (o el suelo fuera) también podría muy bien servir como
un altar.

El altar básico incluye, como mínimo, cuatro objetos que
representan los cuatro elementos:

-la sal, una piedra o un pentáculo norte de la Tierra;

incienso -desde o una baguette a Oriente para el aire;

vela -a o daga sur al fuego;

tazón -a o taza de agua en el Oeste.

Normalmente se añade un objeto extra en honor del dios o
diosa. Muy a menudo hay una vela adicional, y cuando lo hace, esta vela será la
primera encendida en el altar, y el último a extinguirse al final del ritual,
una señal de respeto por la Dama blanca y el Señor Cornu.

Al colocar estos objetos, el asistente le pide en voz alta o
mentalmente cada uno de los elementos y los dioses para ofrecer asistencia
durante el ritual. Dependiendo de las circunstancias y la naturaleza del
hechizo, una gran cantidad de otros accesorios puede ser añadido en el altar,
por ejemplo, plantas, piedras y cristales, herramientas de adivinación, como el
tarot o el péndulo, y por supuesto un caldero si el hechizo requiere una poción
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